A lo largo de mi vida personal y
profesional he participado en diferentes proyectos Asociativos. Quizás los más
importantes para poder comprender con facilidad como nos puede ayudar a la
empleabilidad ser parte activa de una Asociación, son los primeros momentos,
las primeras experiencias, cuando aún no te conoce nadie, cuando no conoces
como hacer muchas cosas ni a quién dirigirte para poder ponerlas en marcha.
Cuando la propia Administración es una desconocida para nosotros y los
mecanismos que la regulan también. El potencial de aprendizaje es inmenso, no
solo de contenidos, también de habilidades que no dominas y que puedes mejorar
extraordinariamente haciendo algo bueno.
El asociacionismo desde su
vertiente voluntaria que es con la que deseo enfocar estás líneas. Nos permite
dar algo bueno que estará en función de nosotros mismos. Puede ser compañía,
administración, colaboración en actividades puntuales, coordinación, ejecución
de programas, elaboración de proyectos, comunicación con los políticos, con
otras asociaciones, venta de nuestros proyectos… En definitiva, en función del
nivel de implicación que tengamos no solo aportaremos a nuestro entorno (en
relación de los objetivos de la Asociación) tiempo y esfuerzo, también
aprenderemos y desarrollaremos recursos y habilidades, la mayoría de las veces,
en un ambiente agradable de buenos compañeros y amigos.
Enumeremos que son esas
cuestiones:
1.- Montar nuestra propia
asociación, requiere la coordinación de un grupo de personas. Un grupo pequeño,
pero necesariamente un grupo.
2.- Un coste económico muy
reducido.
3.- Conocimiento de la
Administración competente, la legislación (reglas) y la funcionalidad con la administración.
4.- Gestión de documentación,
planificación, registro…
5.-Elaboración de proyectos.
6.- Difusión y gestión de los
proyectos.
7.- Relación con el entorno y
población destinataria.
8.- Justificación económica y
social, elaboración de informes.
10.- Acceso a documentación y
foros específicos (revistas especializadas, jornadas, seminarios, grupos de
trabajo).
11.- Conocer personas, muchas
personas, con opiniones variadas y puestos o responsabilidades diferentes.
12.- Sentirte útil, hacer cosas
buenas por los demás, poner en marcha ideas y sueños que de otra forma no
podrías haber hecho.
En definitiva, una actividad
altruista que se puede convertir en todo un Master en gestión y Recursos Humanos, dónde nos damos a conocer
y desarrollamos nuestras potencialidades. Aprendemos a mediar, favorecemos
actitudes empáticas y nos sentimos útiles mientras completamos nuestro
currículum con una formación no esperada.
Muchas personas piensan, que el
voluntariado es una pérdida de tiempo o que es para los que pueden perder el
tiempo. Los que lo han practicado difícilmente dirán esas palabras. Simplemente
la satisfacción de hacer algo bueno por otros, ya ha merecido la pena y sin
duda ese sentimiento es algo bueno para la mochila de la vida que todos
llevamos. Si además tu nivel de
implicación es alto, puedes desarrollar aspectos y habilidades de lo que pensabas no serías
capaz o harías así de bien. En una
famosa serie de Televisión que en
español se llamó el “Ala Oeste de la Casa Blanca”, se dice en uno de sus capítulos que “Las decisiones las toman los que se
presentan” y así es. Participar del
proceso asociativo, es participar en la toma de decisiones, si tenemos un nivel
de implicación alto, eso favorecerá también nuestro nivel de influencia en la
propia entidad y en el entorno en el que se desarrolle su actividad. En
definitiva es un buen mecanismo para ampliar horizontes, para crecer como personas
y “sin darnos cuenta”, como profesionales.
Por mi edad y por la diversidad
de actividades que he tenido la posibilidad de realizar en mi vida. He podido
comprobar cómo sin buscarlo de forma premeditada en diferentes tipos de
voluntariado (medioambiental, con personas con discapacidad, de barrio,
juvenil…) hay personas que se han enterado o han adquirido competencias que le
han llevado a emplearse en proyectos y programas que no existían cuando
comenzaron.
Nunca he visto que ayudar a los
demás sea algo que deba perjudicarnos. Me quedo con una frase que escuche a un
actor ya fallecido Sancho Gracia (Curro Jiménez) en una entrevista de en la
televisión, en la cual le preguntaron
que si le había dado alguna recomendación a su hijo, que se iniciaba en
aquel entonces en el mundo del Cine. El hombre respondió
“Hijo, tu ayuda que te ayudaran”.